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Monsieur Andesmas, sesenta y ocho años, compra una casa para su hija Valérie. Quiere construir una terraza que domine sobre la llanura, un pueblo, el Mediterráneo. Espera al contratista, que se ha retrasado. El libro es la relación de acontecimientos que se suceden entre las cuatro y media y la caída del sol, durante toda esta tarde en la que M. Andesmas espera. La Marguerite Duras más auténtica. Una delicia.
«Advertí cómo el libro no imitaba la realidad ni la imaginaba, sino que la creaba» (Antonio Gamoneda, Babelia, 1996).
«La siesta de M. Andesmas es como una feliz provincia del gran imperio de los sentidos, pero de los sentidos más inesperados, más insurrectos» (Enrique Vila-Matas, Babelia, 2010).
«Hay algunas obras maestras como La siesta de M. Andesmas» (Rafael Conte).
Una classe de piano, un nen obstinat, una mare que el cova: podria ser l?escenari de la vida més mansa en una petita ciutat. Per la finestra oberta se senten les gavines, el mar, i de sobte un crit ?al bar de sota acaben d?assassinar una dona. El crim desperta en la mare una curiositat malaltissa, que la porta cada dia a l?escenari no pas de la vida quieta sinó d?una passió. ?La nova novel·la de Marguerite Duras, Moderato cantabile, podria definir-se així: Madame Bovary reescrita per Béla Bartók ?si no fos, abans que res, una novel·la de Marguerite Duras (que no s?assembla a ningú) i el seu millor llibre (que és dir molt).?
Los Cuadernos de la guerra constituyen la parte más excepcional de los archivos que Marguerite Duras depositó en el Institut Mémoires de l;édition contemporaine en 1995. Escritos entre 1943 y 1949, estuvieron guardados durante mucho tiempo en los míticos «armarios azules» de la casa de Duras en Neauphle-le-Château. El contenido de estos cuatro cuadernos sobrepasa ampliamente el marco de la guerra, a pesar del título que la autora escribió en el sobre que los contenía. De hecho, encontramos en ellos relatos autobiográficos donde evoca los periodos más cruciales de su vida, especialmente su juventud en Indochina; esbozos de novelas en curso, como Un dique contra el Pacífico; o el relato que dio origen a El dolor. Diez «textos adicionales», contemporáneos de la redacción de los cuadernos, completan esta imagen de una obra incipiente donde se dibuja la arquitectura primitiva del imaginario durasiano.